No basta con las revisiones anuales para detectar a tiempo la clamidia, la enfermedad de transmisión sexual más común en Europa y Estados Unidos, con más de tres millones de infecciones nuevas diagnosticadas cada año. Según un estudio publicado en la revista 'British Medical of Journal', lo recomendable sería que las mujeres se sometieran a una prueba para detectar esta infección bacteriana cada vez que cambien de pareja sexual.
Pippa Oakeshott y su equipo, de la Universidad de Londres (Reino Unido), tomaron una muestra del cuello uterino de 2.529 estudiantes de 20 universidades y varios colegios con edades entre los 16 y los 27 años. Este análisis se repitió un año después y, según los resultados, la mayoría de los casos (79%) en los que se detectó la clamidia correspondía a mujeres que habían dado negativo en la primera prueba.
Esto significa que pudieron haberse contagiado durante estos 12 meses por un cambio de pareja, lo que significa, afirma la profesora Oakeshott, que lo más aconsejable sería que "las mujeres se sometan a un análisis cada vez que tienen un nuevo compañero sexual".
Dado que el 15% de los afectados no tiene síntomas que adviertan de la infección, los expertos insisten en que la única forma de detectar la bacteria es sometiéndose a esta prueba ginecológica, ya que, de no combatirse, puede provocar complicaciones como la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP, infección de los órganos reproductores, como los ovarios, las trompas de falopio y el útero).
Clamidia y enfermedad inflamatoria pélvica
El estudio se inició con el objetivo de determinar si el cribado o el tratamiento de la clamidia reducían la incidencia de esta enfermedad, que puede acabar en infertilidad, dolor pélvico crónico y embarazos ectópicos (el bebé comienza a desarrollarse por fuera del útero).
Los investigadores involucrados no encontraron resultados concluyentes. Según Oakeshott, "el número de casos de EIP que se pueden prevenir con el cribado es muy pequeño. Nuestros datos sugieren que para prevenir un solo caso de EIP después de 12 meses, hay que hacer cribados a 147 mujeres. Por lo tanto, "este análisis para detectar la clamidia no es especialmente exitoso para reducir el número de afectadas por enfermedad inflamatoria pélvica e incluso puede ser menos rentable de lo que se pensaba", concluyen los autores del estudio.
Lo que está claro es que, de momento, "no hay prevención posible ni tampoco es viable la detección precoz de la enfermedad inflamatoria pélvica. Lo único que se puede hacer es prevenir las relaciones sexuales muy precoces y promiscuas", afirma Enrique Iglesias, Jefe de servicio de Ginecología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Se trata de una "infección polimicrobiana, que no sólo puede estar producida por la clamidia, sino por otros microorganismos como el gonococo".
De ahí que la principal autora del estudio, Oakeshott, pida "realizar otros análisis", aunque "la detección de la clamidia es una buena manera de empezar". Para ello, argumenta, "sería positivo que los análisis para la detección de infecciones sexuales estén más disponibles para los jóvenes, por ejemplo, en universidades, y también deberían regularizarse estos análisis en todos los programas nacionales de salud".
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